lunes, 29 de junio de 2015

ALEJANDRO LANÖEL. La muerte de un pintor y un amigo (por Miguel Angel Guereña)



"Cuando un artista muere, sin duda que parece que su obra se valoriza más. Da la sensación que automáticamente la trascendencia del mensaje de su creación transmitiera cosas que en vida el espíritu de su arte no proyecta.
La reciente muerte de Alejandro Lanöel nos llegó como un latigazo de color sombrío. Lanöel trabajó algunos años en nuestra provincia y en ella dejó, no solamente su insorbornable tarea de crear los talleres de Bellas Artes de la Municipalidad de Rawson, sino algo superior en el campo del arte; dos murales en la Casa de Gobiertno de la ciudad capital y la decoración del interior de la Iglesia de la misma ciudad.
La obra pictórica del artista desaparecido es amplia y deja todo un contenido expresivo de indudable factura colorística. Toda su fuerza y rigor en el dibujo habla bien claro de su acierto estético y de su generosidad compositiva. Ágil en el mundo lineal, supo aprovechar con capacidad múltiple, su contenido formal. A veces academista, otras encontrando en la saturación de los matices todo aquello que reivindica el furor impresionista o los grises azulados que él manejaba con soltura.
Conocedor de la técnica de la ilustración, dejó innumerables documentos gráficos-históricos, en donde el estudio de las épocas determinaba los ropajes y enseres compuestos por los personajes elegidos.
Toda su vida la dedicó a la enseñanza y a la pintura y así, en ésta recordación a su figura humana, advertimos que dejó este mundo para acercarse quizá, a la idea misma del arte, que es en definitiva la constante del hombre que busca la verdad en la vida, la conjunción del alma con el espíritu de los que saben ser Maestros.

Trelew (Chubut). 1985.

(Miguel Angel Guereña - GUEREÑA X GUEREÑA - Notas autográficas - Catálogo General. Trelew (Chubut), 2003.)



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